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¿Por qué los nuevos alcaldes y el próximo gobernador serán un completo fracaso?

06-10-2022

Por: Mirbel Epiquién

Acabamos de culminar las elecciones municipales y regionales en todo el Perú y se han elegido alcaldes y en la mayoría de regiones, gobernadores. Para un puñado de regiones se llevará a cabo nuevas elecciones ya que por no haber alcanzado la mínima votación definida en la ley se tiene que desarrollar una segunda vuelta.  En Amazonas también habría una segunda vuelta, y decimos habría porque en un acto de desesperación antes de las elecciones del 2 de octubre uno de los candidatos juró y rejuró que, si no ganaba a la primera se retiraba de la contienda. Acto desesperado que a la luz de los acontecimientos de nada valen sus palabras, propio de alguien que colecciona expedientes de investigación policial y fiscal por diversos delitos.

Pero decíamos que sea quien sea el ganador de la segunda vuelta, así como a los vencederos del último 2 de octubre les esperan fracasos tras fracasos, salvo suceda una serie de factores que, de ser considerados, podrían revertir sus situaciones. ¿Cuáles son esos factores?

En primer lugar, visión, una visión clara, simple y pragmática sobre el desarrollo del distrito, provincia o región. Generalmente los nuevos alcaldes y gobernador al empezar la gestión no tienen la mínima idea sobre las necesidades, prioridades y peor aún potencialidades de sus pueblos, dejándose llevar en piloto automático por otros agentes públicos o privados que definen sus propias agendas, generalmente opuestas a las demandas de la mayoría de los ciudadanos.

En segundo lugar, autoridad, y cuando digo autoridad me refiero al liderazgo que se necesita para demostrar integridad en las decisiones de gobierno. Ese liderazgo implica una lucha permanente contra la corrupción, enquistada en el sistema de la administración pública y que en muchos casos se acepta diligentemente como algo natural, marcando de esa forma el inicio de todo fracasado gobierno.

En tercer lugar, experiencia, definida por los equipos de trabajo; gerentes, directores y especialistas que conozcan sobre gestión pública para que se optimicen tiempos y recursos, tan necesarios para un corto periodo de cuatro años de gobierno. Finalmente se necesitará mantener o incrementar el capital político, definido por el respaldo ciudadano que permita llevar a cabo las políticas de mejora de la calidad de vida de las mayorías. Para lograr mantener este último criterio se necesita demostrar resultados a corto y mediano plazo, que está relacionado con las tres capacidades antes descritas, pero sobre todo con la vocación de servicio del alcalde o gobernador.

Encontrar esas cuatro condiciones, mínimas para el éxito en todo gobierno, es casi siempre raro, de allí que postulo que el fracaso de las nuevas autoridades estará garantizado para el periodo 2022-2026.

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