Detalle de Noticias

El alto al proyecto de la deforestación, victoria pírrica o consuelo de tontos

30-08-2022

Por: Mirbel Epiquién – Biólogo.

El Congreso peruano acaba de enviar a reevaluar su proyecto de ley que pretendía modificar parte de la normatividad forestal, lo que, de haber sido aprobada hubiese abierto las puertas a la legalización de las actividades de depredación forestal en el Perú. Y digo "legalización" no porque antes de esta iniciativa de reforma a la ley forestal no haya habido deforestación en la Amazonía sino porque en la práctica las mafias relacionadas al cambio de uso de tierras forestales para destinarlas a la agricultura, minería o al tráfico de terrenos solo necesitan de su propia norma, estás actividades de deforestación continúan impunemente en la selva peruana, incluso asesinando a quienes se interpongan en su camino.

Lo que acaba de pasar, al detener la aprobación de estás infames reformas, solo es un ligero respiro en la muerte lenta de nuestros bosques. En vez de haber elegido una inyección letal estamos apostando por una agonía dolorosa, que al final de todo es lo mismo. Con ello no pretendo desacreditar el esfuerzo de las organizaciones, líderes políticos y diversas personas comprometidas con la protección de nuestros bosques, sino advertir que solo estamos actuando sobre los síntomas y no sobre la enfermedad.

Las cuestiones de fondo en el problema de los bosques ni siquiera se debaten con eso mismo apasionamiento y menos con ideas basadas en evidencia. En el Perú la institucionalidad forestal está pulverizada, fragmentada en pedacitos inconexos que tienen visiones y ambiciones tan diversas que más parece una pelea de ciegos en un ring de box sin público. Las normas, ley y sus reglamentos, son tan idealistas y poco operativos que nos hablan de un mundo vegetal propio de Alicia en el país de las maravillas. Se crean programas y proyectos basados en modelos de gestión forestal que no han tenido mayores éxitos desde hace más de tres décadas. El modelo de extracción forestal sigue siendo el mismo, basado en la destrucción del bosque primario en vez de una revolución forestal de plantaciones y restauración ecológica. Las capacidades de innovación forestal, gestión comunitaria de bosques, inversiones en servicios ecosistémicos cómo nuevos paradigmas de conservación son casi nulos. El uso del bosque amazónico en las negociaciones internacionales contra el cambio climático son pura cháchara, nada real al momento de planificar los presupuestos públicos.

¿Qué más pueden esperar las mafias al ver el descuido que hemos tenido sobre los bosques y su gente que la habita?, pues la legitimación de sus actividades, reales, destructivas y cada vez más crecientes. Y no es que no haya voces autorizadas en replantear las formas de organizar nuestros bosques, las hay, pero apenas son consideradas. El ingeniero Marc Dourojeanni, gran conocedor de la problemática forestal hace años viene planteando ideas de como mejorar la gestión de los bosques pero casi nunca es tomado en cuenta por los llamados "especialistas" forestales involucrados en el diseño de las políticas actuales , ¿quizás porque poner en práctica sus ideas significaría el fin de un generación fracasada que se aferra al poder de dictar el qué y cómo hacer las cosas, así estás no nos hayan llevado a ningún resultado exitoso en la práctica?

Me alegra que no se legalicen las actividades mafiosas mediante reformas a la ley forestal, pero más productivo sería empezar a tener un debate profundo sobre los modelos de gestión forestal, las reformas institucionales basadas en la dinámica territorial, el fortalecimiento de las estrategias de control forestal, la fiscalización y sanciones a los delitos ambientales, etc., tantas y tan diversas batallas que dar, más valiosas e importantes que la autocomplacencia de archivar una reforma de ley.

#Opinión 

Esfera Radio

  Regresar